sábado, 1 de febrero de 2014

Las patatas rusa de mi suegra, by Quim Pedret

Mi contra crónica anunciada….
(….o las patatas rusas de mi suegra y las pelotas rancias españolas)
A mi suegra le encantan sus patatas, se desvive por ellas, las mima, y además se las come y me diréis: ¿y? Pues nada, es un decir, ¿no? Ella como muchos rusos, la mayoría, es rusa, pero un ruso de Urmutra, es decir una pequeña porción de tierra en los ‘adentros’ de Rusia, pero que no tiene tintes, ni aires de autonomía, ni menos de independencia, por eso es feliz, o al menos eso es lo que parece. Bueno, es feliz. Ella cultiva sus patatas rusas y las exporta a Catalunya, cosas muy suyas. Yo le digo: Amada suegra un día te pillarán, pero ella dale que dale.
Estando yo en el aeropuerto de Honolulú, la llamé para saludarle, y desearle felices Pascuas de Navidad y despedirme, por aquello de que si el avión que me llevaría al continente americano, se iba al carajo. En el aeropuerto, con el ruido de la gente, el calor y las prisas, no presté mucha atención a lo que me decía, en relación a algo rojo o granate. Luego ya dentro de la nave, en otra conversación y desafiando los principios de la aviación civil y el civismo, llamé a mi sufrida esposa desde el W.C del avión y me comentó que mi amada suegra (su mamá) animaría la ROJA; ¡Dios! pensé, ¿Tan patriota se me ha vuelto mi querida suegra? ¿Es nacionalista española?, ¡Cielo santo! Dios, santo él, se me hizo el sueco; ella, como casi todos los rojillos es atea. Me dije: Mal vamos; Mi querida roja atea, animando a la roja española, residuo espiritual de Europa, contra el desmadre, el vicio y el desenfreno holandés. Ya me veía a mi suegra fumando un porrillo de ‘maría’ frente al televisor. Pero si a ella no le gustan ‘las pelotas’, solo sus patatas. Entonces reflexioné; creo que me ha entendido mal en lo del nacionalismo catalán y el hecho diferencial català, relación al nacionalismo español. ¿O fui yo, que aun no dominaba muy bien el idioma ruso, y la santa de mi suegra me entendió al revés?
Carta a la abuela.
Querida suegra, dos puntos: ‘La roja’ es como si dijéramos España, bueno es España, o sea muchas pequeñas y cabreadas, pero unidas temporalmete por ‘la grandeza’ del futbol y los azulgrana (grana: parecido al rojo) son del Barça, ¿Comprendes? Si me lees, verás que sin maldad cometiste un pequeño error de matiz y sabes que mi bondad sabrá perdonarte y si los dos hacemos un pequeño esfuerzo, si a tus oídos llegan otra vez, un tal Xavi, Puyol o Piqué, sabrás que se tratan de jugadores catalanes, que por arte de magia, juegan con la camiseta de un país llamado España y encima saltan de alegría. Mañana querida suegra ni Dios se acordará de donde está un país llamado Sudáfrica. Pero… Atentamente
Esta situación me recuerda el día que sentados en la mesa en l’Empordà, donde mando yo, (en Moscú manda mi esposa), mis adorados primos, suecos, rusos y japoneses –vaya mezcla- quisieron, con toda su bondad, brindar con champan por un nuevo miembro español en la familia (o sea yo), pero al ir la traducción simultanea al lindo castellano, me levanté de un brinco y exclamé emocionado: Perdón SOC CATALÀ, ¿Entendido? ¿Os gustaría que yo brindara por mis nuevos familiares ucranianos? Se notó mi voz de mando. Creo que por mi cara y entonación captaron el mensaje. Han pasado años y ahora me entienden, pero mi suegra con sus patatas, va a la suya y es que a demás de ser mi suegra, es santa. Siempre tiene razón y sino la tiene se la doy. No se si me explico, no se si mi entienden, pero son cosas que pasan incluso en las mejores familias. Y la mía (seguramente la mejor) no tenía por que ser una excepción.
En relación a lo que íbamos y en otro orden de cosas, un servidor he tenido de seguir siendo coherente en mi discurso, incluso en la distancia de mi Catalunya, hablo en relación a los que nos agreden desde estas sufridas y a veces amargantes ‘Españas’. Aquí no hay sitio para corazones divididos, hablo por mí, soy catalán y punto. Si la roja gana bien y si pierde también. ¿Porque nadie habla de mi amada Andorra (catalana ella y muy andorrana) que se juega los garbanzos y habichuelas, en muchas competiciones mundiales y ni les hacemos puñetero caso? Pero bien que todos me pedís tabaco y ‘guisquies’ de contrabando, jodíos y amados míos. Egoístas que sois.
He escrito y he hablado con anterioridad de esta sufrida España y os aseguro que muchas veces lo he hecho a contra corazón, ya que uno presume de tener bastantes amigos españoles, y no quiero ser gratuitamente malvado, ni disgustarlos por placer o por omisión. Yo soy catalán y defenderé siempre la Selección Catalana de Futbol, o de Básquet o de lo que sea, ‘psoe’ a quien le ‘psoe’ (como dijo mi gran Jordi Estadella). Y es por esto que con un alarde de coherencia catalana y sin el corazón ‘partio’, más bien jodido, en mi caso y en mi casa, la curiosidad no mató el gato. Es por esto que hubo huelga de televisores. Cuando digo que alguna cosa no interesa, es que no interesa. Mi suegra se me despistó. Se que sabré perdonárselo. Ella también me perdona a mí por los años que me aguanta y sufre mi santa mujer, su hija. Hay que ser consecuente hasta el final. Ni un solo minuto de futbol rojo.
Claro está que las circunstancias me fueron favorables, ya que el cansancio físico y psíquico hizo huella. Primero afronté con placer la coherencia que da una buena siesta, que duró más o menos hasta las 13 horas de la tarde, de un cansado domingo, en una ciudad tan apetecible, acogedora y cosmopolita, como es San Francisco. Medio dormido y aun cansado del viaje que me trajo desde Honolulú, acerté a llegar al hotel, donde la gente no parecía muy activa. Reconocí el silencio, no se oían ruidos de sables que llegasen desde Catalunya -cosa que hubiera sido preocupante- pero si el ruido de cuchillos, ya que mi estómago me llevó directamente al restaurante. Allí en USA, ya se había acabado la competición de la NBA, pero esto no implicaba el aburrimiento total. En absoluto. Pasan cosas. El televisor del mi habitación del hotel salió por la ventana. Vamos, que la gente no se aburrió. En mi pueblo, Roses, la gente tampoco tiene tiempo para el aburrimiento (próximo articulo)*, también podría tirar algunas cosas por la ventana.
Cuando llegué al continente americano eran las 9 de la mañana y en Moscú las 8 de la tarde, y era una hora demasiada seria, para llamar a mi querida suegra y advertirla de que estaba a punto de cometer un grave error; además ella no tenía cobertura -de chocolate- y seguramente con su bufanda blaugrana, debía estar ya camino de vuelta de sus patateras en su magnífico huerto, esperando ‘equivocadamente’ ver el gran Barça ¡Benditas patatas!
Después encendió su televisor y le dio soporte equivocadamente a ‘la roja’ desde la tierra de los antiguos rojos (La URSS) ¡Si Franco hubiera levantado la cabeza, me la fusila, pobrecilla! Creo que un día la van a detener en un aeropuerto, por contrabando de patatas rusas a Catalunya. Y mirad que se lo digo: Más de 25 Kg es gula y además es sobrepeso, pero ella es de carácter tozudo.
Yo en la distancia, esperaba y deseaba lo mejor para las selecciones de España y Holanda y que ganara el mejor, pero siempre con el deseo de que un día Catalunya, aunque seamos deportivamente incorrectos, tengo aun la fe y la esperanza que un día como país, o como nación, podamos vivir dentro de Europa y podamos decir ‘Visca la Selecciò de Futbol de Catalunya’. Visca CATALUNYA, su bandera (senyera) y camiseta. Porque en frio, desde la distancia o con el frío ruso, las cosas, las pelotas, las banderas y las patatas se ven mucho mejor. Esperemos que en el bendito-maldito futbol, que nos intenta distraer de nuestras penas, siempre gane el mejor, pero siempre desearé que lo mejor, aparte de las patatas rusas de mi suegra, sea mi nación, Catalunya
Nos vemos (oímos) el sábado a las 12 del mediodía en Ona Vilamalla 107.9 de FM y también en internet en www.onavilamalla.net
Os dejo. Pero no os librareis de mi fácilmente queridos ‘inútiles’

Joaquim Pedret i Rovira
Escritor, ideólogo y fotógrafo

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